El abrasador clima estival no sólo puede resultar incómodo sino que también supone ciertos riesgos para los sistemas de freno y embrague de nuestros vehículos. Las altas temperaturas pueden afectar el funcionamiento de diversos componentes, aumentando las posibilidades de fallo.

Los componentes principales del sistema de frenos del vehículo son el cilindro maestro y las pinzas de freno, mientras que el sistema de embrague consta del cilindro maestro y el cilindro esclavo.

En verano, especialmente en ambientes exteriores con altas temperaturas diurnas, la temperatura debajo del capó del motor puede aumentar significativamente. Este calor excesivo puede hacer que el líquido de frenos alcance su punto de ebullición. El líquido de frenos hirviendo puede provocar un pedal de freno suave, una eficiencia de frenado reducida o incluso una falla total de los frenos. Para evitar este problema, es necesario comprobar periódicamente el nivel del líquido de frenos y sustituirlo según lo recomendado por el fabricante del vehículo.

La falla de los frenos también es un problema común durante el verano, especialmente al conducir cuesta abajo o transportar cargas pesadas. El frenado prolongado genera un calor excesivo, lo que provoca un sobrecalentamiento de las pastillas y los discos de freno, lo que a su vez reduce el rendimiento de frenado. Para evitar fallas en los frenos, es aconsejable reducir la marcha y utilizar el freno motor siempre que sea posible, permitiendo que los frenos se enfríen durante intervalos de frenado prolongados.

En temperaturas extremadamente altas, el embrague puede patinar, lo que provoca dificultades para realizar cambios, olor a quemado y pérdida de transmisión de potencia. Para evitar que el embrague patine, evite apoyar el pie en el pedal del embrague mientras conduce, ya que esto puede provocar un desgaste innecesario y un sobrecalentamiento. Además, asegúrese de que el nivel de líquido del embrague sea correcto y reemplácelo según sea necesario.

Siempre que sea posible, estacione su vehículo en un estacionamiento interior o en un área exterior con sombra para minimizar la exposición directa a la luz solar. Si estacionar en el interior no es factible por razones objetivas, considere usar una cubierta parasol para reducir la exposición del vehículo a la luz solar directa y minimizar los riesgos asociados con las altas temperaturas para los sistemas de freno y embrague. Recuerde, la inspección y el mantenimiento regulares de su vehículo siguen siendo necesarios. Deseando a todos un viaje seguro y placentero durante la temporada de verano.